4 de octubre de 2011

Bodas

Últimamente la gente se casa. Una de dos,  o el amor del sí quiero se ha convertido en una pandemia mundial, o simplemente es una nueva corriente trendy  que se expande a lo Lady Gaga.

 Quizás sea una coincidencia de mi sino, sin más; pero lo cierto es que  sólo hago que  ver anuncios a lo Love is in the air de conocidos  y subconocidos,  en los que promocionan  su incipiente felicidad a la máxima potencia. 

¡Vamos que la gente no tiene otra cosa que hacer que casarse! O lo que es lo mismo: ¡Yo los declaro aceptado y aceptada social!

Muchos pensarán que soy un bicho extraterrestre por pensar esto y que soy más rara que un pie al revés, pero es lo que hay. Siempre he creído que la facilidad de la gente para catalogar lo “anormal” como familia de extraterrestre mutante, es algo adquirido por la sociedad en la que vivimos.  Ahora bien, ¿Qué es lo diferente? ¿No casarse? ¿Elegir ser single como método de vida autóctono? ¿Decidir no tener repollitos como descendencia de la supervivencia humana? 

Siempre he respectado el allá cada uno con lo que hace, es por ello, que exijo lo mismo que doy… Y el que te juzguen socialmente por no estar casada, por no tener una pareja, o  por no tener hijos es un tema que me escama bastante…

Aunque claro, si nos ponemos a pensar el abanico de prejuicios es tan grande que ni dando la vuelta al mundo 20 veces conseguiría erradicarse: que si sale con una mujer, que si lleva tatuajes, que si trabaja en la noche, que si su pareja es de etnia diferente, que si se dedica a servir copas, que si lleva el pelo corto y de color rosa, que si le gusta el sexo abierto…

El caso es crear un prejuicio para cualquier brote de aburrimiento nocivo.

Ahora bien, esto no quiere decir que yo sea enemiga de las bodas. Claro que no. Las considero un acto emotivo y personal, con significado propio y  talante carismático. De hecho, algún día me casaré, primero porque me apetece.  Y segundo porque socialmente es necesario.  El pensar en el futuro nos da miedo, y siempre esquivamos la jugada ¿pero y si un día ocurre el fatídico hecho? Yo tengo claro, que no quiero dejar a Troci llena de problemas y desdichas…por lo menos en ese sentido ¡NO!
Pero está claro que cuando lo haga, es decir, cuando me case mi boda no será un anuncio televisivo y ¿sabes por qué? Porque yo no necesito sentirme igual que el resto. Yo soy yo y a quien le  guste bien y a quien no también. Amén.

2 comentarios:

  1. He estado repasando post tuyos, antiguos, ese en el que pesabas 55 kg y poco... Ya los has perdido ¿ves? todo se logra. Con perseverancia y cariño. No hay nada que tú no puedas conseguir. Nada que se te resista, porque eres una artista, ahora, con 25 kg en cada pata. Felicidades por lograrlo. Imagino que escribirás un gran post donde contarás que lo has conseguido. Yo no esperaba menos de ti.

    Un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias!!!

    Me gusta que repases mis post...aunque hay poquitos pq a veces no disponemos de todo el tiempo que quisieramos, o ganas, o actitud.

    Pero iré poniendo, aunque solo sean para regalartelos a ti.

    Mua!

    ResponderEliminar