31 de julio de 2011

Niña inmantada

Estoy trasteando con mi Mac blanquito y pasando el rato de esta tranquila tarde. Es tan chulo mi ordenador nuevo. Reconozco que hacer caso a Trocito fue todo un acierto...La lástima, es que hace unos días Apple comunicó que lo dejaba de fabricar, y me dio una pena tremenda. A pesar de que ahora mismo, poseo una reliquia de museo me digo a mi misma: Por los clavos de cristo, duráme mucho y no te rompas que no quiero tener otro que no seas tú. Así que si hay alguna divinidad aburrida  por ahí, que  escuche mis plegarias, please.

De fondo  suenan "Love of lesbian". Son brutales. Me encantan. Lo cierto es que los descubrí por casualidad, gracias a una amiga de esas, que son como la visita del médico: fugaces, y de la misma manera que vienen,  se van.


Soy de las que dicen que todo pasa por algo, y quizás tenía que conocer a esa amiga para descubrir a LOL. Como otras muchas cosas que me han pasado a lo largo de mi vida. Y es  ahora, cuando  entiendo el significado de aquella cadena de vicisitudes, que en un pasado eran como piezas de un rompecabezas sin encajar. En fin, mira la perspectiva buena y el positivismo, será la clave del éxito.


"Ya hace algunos siglos que he empezado a sospechar
que he caído sin quererlo en tu gravedad.
Es como si andara siempre en espiral,
cuando encuentro una salida, tú apareces.

Niña imantada y ahora yo he de admitirlo,

y ahora yo presiento que has vencido,
no hay manera humana de escapar.

Así que alégrate, lo has conseguido,

los días sin ti serán precipicios,
no hay manera humana de escapar "



No puedo dejar de tatararearla una y otra vez. Qué vicio. Me evocan tanto a mi Troci. ..
Aunque ella no lo sepa yo he decidio hacer está canción de las dos, porque mis días sin ellas ya no son precipios sino abismos de muerte súbita... "Así que alégrate, lo has conseguido, los días sin ti serán precipicio, no hay manera humana de escapar..."

30 de julio de 2011

Saturday

Hoy hace un día de lo más raro en la Condal. Lluvia, sol, calor, humedad, nubes...Creo que hemos tenido las 4 estaciones de Vivaldi en cuestión de horas.

Esta tarde teníamos pensado ir al cine. Pero tal y como está el panorama como que nos quedamos en casa. Ahora mismo las provisiones meteorológicas más inminentes son: lluvia intensa, chubascos varios, e inundaciones peligrosas.

Me gustan los días de lluvia.  Su toque místico y de tristeza es lo que les hace especiales. Definitivamente, siempre me han gustado, y más, cuando tienes la suerte de que caen en finde y puedes disfrutar de ellos en buena compañía, y sin necesidad de agobiarte porque al día siguiente trabajas. Además Alcatraz esta semana ha sido de lo peor. A este paso me quedo como el “gallo del Amoró”, cacareando y sin plumas, porque me tienen en un estado de tensión y estrés inhumano. Les odio. Son unos hijos del mal...

En un ratito le prepararé un bol de palomitas a Trocito y mientras tanto, yo me merendaré mi riquísimo flan de vainilla y caramelo. Lo de riquísimo es un decir, porque sigo con mi dichosa dieta.


Justamente hoy hace 15 días que la comencé y de momento no he flaqueado ni un solo momento...

Realmente, no se me está haciendo especialmente dura. Pero si que es cierto, que a veces echo de menos poder mordisquear un mendrugo de pan, o robar alguna patata frita a hurtadillas, del plato de Trocito...Pero es lo que hay. Para presumir hay que sufrir...
Gossip se me acerca y me maúlla captando mi atención. Está más mona, últimamente. Me encanta. Su nuevo comportamiento más cercano y cariñoso, la han dulcificado. Trocito la ha bautizado como la “New Gossip”, y no es para menos, si Kafka levantara la cabeza diría que ha sufrido una metamorfosis en toda regla.

Sigue lloviendo y ahora con una fuerza que me empiezo a preocupar. Aparte ya no se si caen truenos o meteoritos...Yo no le quiero decir nada a Trocito, pero a este paso salimos en barca del loft y haciendo aquaplaning...

29 de julio de 2011

El lobo disfrazado.

Se tumbó en la cama repasando cada una de las imágenes del día. Estaba cansada y agotada y el saber que era viernes la animaba mínimamente a sentirse mejor. El día en el trabajo había sido demoledor. La montaña de obligaciones ascendía a la velocidad del rayo. Sofía por aquí, Sofía por allá. ¡Hasta ella misma empezaba a maldecir su nombre! Y  para colmo tratar con aquella niñata, pusilánime, redicha y sabelotodo la traía de cabeza. Era una persona tóxica con capacidad de contaminar de radioactividad a un continente entero con un solo aleteo de pestañas.

Sofía tenía el don de leer a las personas. Tan solo una mirada y captaba el ADN gestual de los humanos. Y ella era retorcida y de mente pérfida. Lo sabía. Sin más. Su sola presencia la marchitaba y la negatividad que irradiaba conseguía ponerla de mal humor, creándole un gran problema de estabilidad emocional y personal en el trabajo.

Tenía que tratar con ella obligatoriamente, pues era una compañera más, y por imposición la veía en la cocina, se la cruzaba en los pasillos, y encima, para su desgracia tenía que hablar con ella a diario. Sabía que no podía perder las formas y si tensaba la cuerda más de lo necesario la única que se perjudicaría sería ella. Pero, sin dudas, ganas de mandarla al carajo no le faltaban.  

Lo que más le fastidiaba es que cara a la gente era inofensiva. Las injusticias y las manipulaciones de la gente le ponían el estómago en la garganta. 

Desde siempre había atraído a la gente rara. La sensación de ser una ONG de desamparados humanos la atormentaba. Y su nula capacidad para estar por encima de estas cosas la hacían retorcerse en su cruz de espinas desde donde ahora misma yacía. Definitivamente, no sabía pasar de este tipo de gente. De hecho, ella ponía y disponía de todos sus esfuerzos con tal  de demostrar que aquella infantiloide que sonreía con dientes perlados, eran un lobo con colmillos afilados y ansías de matar. Era una desequilibrada enfermiza, y varias habían sido las ocasiones donde había podido constatarlo personalmente.

Sintió una ligera acidez en el esófago. Prometió a si misma hacer un esfuerzo titánico y empezar a dominar la situación. Sabía que su mejor aliado era el tiempo. Él sería el encargado de ponerla en su sitio y de demostrar quién era realmente. Sólo era cuestión de esperar. Y aquella angustia alarmante no podía perdurar más en su cabeza.

Escuchó las llaves de la puerta. Daisy, atizó sus orejas puntiagudas y dejó de lamerse por unos instantes los pelos de su abombada cola. Emily, por fin, llegaba a casa. Hoy tocaba cenar en el Japonés donde ponían las goyzas más ricas de toda Barcelona, así que no había excusas para comenzar a ponerse el mundo por montera.

28 de julio de 2011

Un poco de Alcatraz...


Esta mañana he tenido que ir a hacerme un análisis de sangre. Así que recibir un pequeño pinchazo matutino por muy indoloro que sea, no es la mejor forma de empezar el día.

Pero las cosas siempre pueden empeorar, ¿Por qué? Pues porque el Karma, a veces, es más negro que blanco; así que es mejor no subestimar el poder del azar y ser feliz con lo que uno tiene (teorema que muy poco aplicamos en la práctica).

 Imagina que llegas a Alcatraz y  te dan una noticia bomba, tu día, ya no decae sino que revienta “ipso facto”. Últimamente parece que estemos de oferta con las noticias bombas, sin duda alguna esto es un “non-stop”. Bomba arriba, bomba abajo y…PUFFFF ¡explotan en tu cara! Por suerte, o por desgracia, la crisis para las noticias bomba todavía no ha llegado.

El meollo en cuestión es el siguiente: en Alcatraz estan tramitando la contratación de un becario de diseño. Encima de que le pagan 1200 euros/mes  neto (por convenio con la universidad) se está barajando la posibilidad de una subida salarial. Y no sólo a él sino que también a su  compañera consorte que se dedica a hacer lo mismo que él, diseño web.

Bien, esto no me tendría que afectar lo más mínimo, siempre y cuando, yo fuera una persona motivada, laboralmente asentada, reconocida, valorada, y con miles de adjetivos más, a modo de eslabones, que se me vienen a la cabeza. Pero cuando la realidad es otra y se produce un gran abismo entre tu categoría profesional y tu irrisorio salario, llevas tú solita el esqueleto interno de la empresa, estás en el todo y la nada, aguantas las insolencias e impertinencias varias del personal, no se han revisado nunca tú salario, a pesar, de estar pactado por contrato, y encima tu categoría profesional es la de manager, pues como que te toca de pleno lo que es redondo y lo que es cuadrado…

Ahora mismo, si todo dependiera de  los poros de mi piel  acabarían dilatando 2cm mínimo cada uno, debido a la mala ostia que desprenden por un tubo.  Odio las injusticias, y es como si el universo hubiera confabulado a mi favor, para que todas se hagan amiga mía… ¡Vanagloriada suerte la mía!

Lo positivo: siempre puede ser peor… podría no tener trabajo, cosa que tengo pero… ¿a qué precio?

25 de julio de 2011

Catalonia is difference

Hoy no me he levantado algo “xof”. También es cierto que últimamente me encuentro muy sensible a todo. Me siento afectada por la mayoría de cosas, ya sean directas o indirectas hacia mí. 

A veces tengo la sensación de que mi vida es en un cuadrilátero donde yo lucho enérgicamente por esquivar todos los tortazos que me vienen. Pero, ciertamente,  es inevitable percibir golpes que te relegan a la categoría de rival más débil.

Alcatraz tampoco ayuda. He decidido bautizar así a mi actual trabajo. No es la primera república bananera de empresa en la trabajo, y debería de estar más que acostumbrada a las directrices de mando de ciertos antros, y al modus operandi de tiranos personajillos; pero teniendo en  cuenta que con los años me vuelvo más sibarita de la vida, pues como que no. A lo malo nunca se acostumbra una.

Quería comentar antes de que se me vaya de la cabeza que el metro de Barcelona es desastroso. Hoy mismo, quería comprar una T10 (tarjeta de 10 viajes). Pues bien,  después de intentar sacar la dichosa tarjeta en cada una de las maquinitas como unas tres veces he desistido en mi lucha. El hombre contra la máquina…esa era yo, aunque en mi caso: la mujer. Cabreada he intentado pagar con un billete de 50€ y tampoco. Así que directamente he ido a la taquilla a hablar con la chica que se encontraba en información. Allí me han comentado que la máquina no aceptaba billetes de 50 y que tampoco ella me podía vender la tarjeta porque ahora la venta de billetes era automatizada. Con cara total de oso panda me he quedado…Es decir, que si las máquinas, vete tú a saber porqué (se habrán declarado en huelga hoy),  no aceptan ninguna de las tarjetas que llevo, tampoco  los billetes de 50€, y la señorita de taquilla no me  puede vender mi ticket de viaje ¿qué hago? ¿tocarme los pies? Quizás con un poco de suerte recolecte algunas monedillas, más por lástima que por graciosa, y entonces pueda entrar en el imperioso mundo del metro…

Suerte que rebuscando en mi monedero nuevo de Parfois en encontrado unos euros sueltos. Ahora bien, a los de la TMB les aconsejo que les sería más práctico y cómodo poner unos hipopótamos tragabolas, que no esas máquinas expendedoras de tarjetas, que de 365 días se pasan 360 out of service. 

Y lo gracioso es que luego aquí, en Cataluña, fomentan el  transporte púbico a diestro y siniestro. .. “Agafi el metro, agafi  el metro” Eslogan al que yo personalmente añadiría: “irá más apretadito que una morcilla de burgos enfajada, hará un viaje por los fascinantes subsuelos de la astenosfera a base de frenazos y resbalones, y disfrutará de los aromas más exquisitos del universo  Eau de pesté...”

22 de julio de 2011

Una de locos

Como el sol, la locura tiene su órbita y... desatinada me encuentro. ¿El día de hoy? Pues de locos y de relocos. 

Me acuerdo de Dalí y de sus cuadros de pinceladas oníricas. ¿Habré estado en uno de ellos? Zumbido, confusión y desesperación. ¡¡¡Quiero cambiar lo que no puedo cambiar.!!!

Cierro ojos. Mente en blanco. No escucho, no pienso, no veo. Mi cerebro trabaja, deprisa, como sirviente esclavo que busca satisfacción de amo. Don de ella, por cierto.

Plof...me desplomo, ligera, muerta. ¡Cuánto cariño a un sofá viejo y agujereado por zarpas de gato! El olor de mi mouse de vainilla y caramelo. El movimiento volátil de los gatos. El sonido de sus raudos dedos sobre el teclado. Elevo mi cuello y diviso su cabeza negra, ahora con menos pelos, pero negra. Una sonrisa fugitiva de mi boca.

Hoy quiero estar sola, pero sin escapar de nuestro mundo. Sólo se habla un lenguaje: el tuyo y el mío.

Solo tú, consigues  hacerme  no caer a las fauces de las noticias bombas, así que : ¡déjazme en paz! que hoy, sólo existo por y para ella.

21 de julio de 2011

Otros planes...


Hace ya tiempo que siento esa intranquilidad  nerviosa palpitar por mis venas.  Dicen que todo en la vida tiene un principio y un final, y partiendo de esa premisa creo que mis días en Barcelona se acercan a su fin. Cada vez lo tengo más claro: mi vida está lejos de esta ciudad. Me siento hastiada de todo: la misma rutina, la misma gente, las mismas historias, las mismas rencillas, las mismas luchas, los mismos enemigos…

Soy consciente que el emigrar a otro lugar no es una panacea absoluta.  Pero por el momento la sola idea me supone una tregua, así como, una nueva motivación dentro de mi mundo de obligaciones y quehaceres diarios.  La pesadez plomiza me invade, sin poderlo evitar,  cuando he de levantarme para ir a trabajar cada día, cuando he de recorrer las calles caóticas de la “Condal”  salpicadas del runrún del día a día, cuando he de coger el metro hacinado y abarrotado, cuando he de pasear por esos lugares repleto de recuerdos agridulces, cuando he de coger el coche para ir a ver a mi familia anudando lazos que todavía me ahogan…

Desde que era pequeña siempre imaginé como sería vivir en otros lugares. El extranjero me atraía como “imán al magnetismo”, pero mi pusilánima de entonces me vetó las fuerzas para emprender tal decisión.  Es por ello, que hoy en día, casi a mis 29 años abogo más por una ciudad de la península, como Madrid o Pamplona, o incluso Lanzarote. 

Creo que algún día lo haré. Conseguiré saltar ese abismo desafiante e imposible. Lo veo cerca y poderlo  done me consuela y se convierte en aliento para mis energías. Tengo la suerte que “Susie Pop” opina como yo, y contar con su respaldo me da seguridad y autoconfianza máxima…Así ¿qué más puedo pedir?